Al igual que tú en tu casa, Jesús también vive confinado en tu corazón.
Y si tú tienes ganas de salir, muchas más ganas tiene Él, porque sabe, que cuando sale te hace más feliz a ti y a cuantos te rodeen.
Todas las mañanas, al despertar, le abro las puertas de mi corazón con esta pequeña oración:
Buenos días Padre,
Señor Jesús,
GRACIAS por este maravilloso día que nos das.
Yo cuidaré de tu honra y de tus cosas.
Cuida tú de mi y de las mías.
Sagrado Corazón de Jesús en vos confío.
Entonces Jesús sale a jugar ... y sale a jugar al juego del Amor.
Con palabras, con gestos y sobre todo con hechos trata de transformar, con tu ayuda, lo oscuro en luz, todo el mal en bien, toda la tristeza en alegría.
Tú eres su jugador/ora preferido/a. Sus fichas y dados serán tus palabras y las acciones que tú hagas por agradar a los demás, por hacerlos más felices.
Si no has empezado ya a jugar de forma consciente, puedes empezar hoy, en tu casa y poco a poco extenderlo a amigos y demás personas que tengas cerca . Es un juego maravilloso porque si quieres dura toda la vida y su premio infinito, te lo dará el propio Jesús.
Mañana Jesús resucitará y seguro vendrá, con más ganas que nunca, a jugar con nosotros en el tablero del mundo.
¡ Ánimo, ánimo, ánimo ! Nunca quedarás defraudado/a.
JUGUEMOS JUNTOS.
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