Uno habla de lo que sabe, de su experiencia vivida. En mi caso, mi familia, los viajes relacionados con mi antiguo trabajo, mi Betis y el camino de búsqueda hacia Dios.
Ahora en que uno empieza a ver la meta, que empieza a levantar la vista del suelo, vuelvo mi mirada a esos días del Camino de Santiago cuando conforme más me acercaba al final, más ganas sentía de seguir caminando.
Dejaba de ver una meta para ver tan sólo un final de etapa que me permitiera seguir creciendo en experiencia, en vida. Nada de lo que habría recorrido tendría sentido, si no lo volviera a poner en liza nuevamente para disfrute personal, para compartirlo a los demás.
Esta situación que estamos viviendo por el Covid19, nos tiene que servir para convertirnos en mejores personas, capaces de dejar de mirar nuestro ombligo y mirar a los ojos de los que nos rodean, de ver y escuchar con el corazón y andar con la alegría.
El más hermoso de los viajes empieza en ti.
No caminarás nunca en solitario.
¡Buen camino!
Abrazosssssss
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